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Mostrando entradas de enero, 2021

Robinson Crusoe, de Daniel Defoe

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    Daniel Defoe (Londres, 1660 - Moorfields, actual Reino Unido, 1731) Escritor inglés. Abandonó la carrera eclesiástica para dedicarse al comercio, primero en una empresa textil, hasta 1692, y luego en otra de ladrillos, actividades que propiciaron frecuentes viajes por Europa. En 1695 entró a formar parte del gobierno, y en 1701 obtuvo cierto éxito con  El verdadero inglés , novela en la que atacaba los prejuicios nacionales en defensa de su admirado rey  Guillermo III , de origen holandés. Su primera y más famosa novela se publicó en 1719 con el título  Vida y extraordinarias y portentosas aventuras de Robinsón Crusoe de York , a la que siguieron muchas otras, como  Memorias de un caballero  (1720),  Vida, aventuras y piratería del célebre capitán Singleton  (1720) y  Fortunas y adversidades de la famosa Moll Flanders  (1722), considerada la primera gran novela social de la literatura inglesa;  El coronel Jack  (1722),  Lady Roxana o la cortesana afortunada  (1724),  Un viaje

El monstruo y sus entrañas, de Vladimir Acosta

  Vladimir Acosta (Caracas, 1937) es h istoriador y licenciado en Filosofía por la Universidad Central de Venezuela (UCV). En 1994 ganó el Premio Municipal de Literatura. Entre sus publicaciones destacan:  Legitimación del poder y lucha política en Venezuela  (1994);  Eh, George W. ¿cuántos niños has mutilado y matado hoy? (2003); La sordidez de esta guerra genocida  (2003) y  Estados Unidos, enemigo de la paz mundial  (2003) El libro El monstruo y sus entrañas (2017) tiene como subtítulo Un estudio crítico de la sociedad estadounidense . Cuenta como sus fundadores todos ellos de múltiples ramas de la religión protestante, pero en esencia calvinista, colonizaron Norteamérica, exterminando la población indígena. La excusa para ellos es sentirse el conquistador, el pueblo elegido por Dios. Eso lo lleva después a mantener largo tiempo la esclavitud y cuando finalmente los esclavos son liberados, surge un fuerte racismo y millares de linchamientos de afroamericanos por pobladas de b

Los pies en el banquillo, por Teresa Tesoro

                          Cuando Nerio llegó le pareció extraño que Lorenzo apoyara los pies sobre el banquillo. Lorenzo pendía de una cuerda pasada por una viga del techo. Lo usual en el suicidio por ahorcamiento es que el suicida dé un puntapié al banquillo, así tensando la cuerda con el peso del cuerpo. Pero no, tenía los pies sobre el banquillo y el banquillo estaba en su lugar.             Andrés estaba muy asustado cuando llamó a Nerio y lo llevó al sitio donde estaba el ahorcado. Nerio dijo que había que llamar inmediatamente la policía: Llegaron tres oficiales de policía, dos bajaron el cadáver y el tercero asentó en el informe, posible causa de la muerte: suicidio por ahorcamiento. La policía llevó el muerto a la morgue. Nerio no entendió porque la policía no se había dado cuenta que el cadáver tenía los pies apoyados en el banquillo.             Nerio que era compañero de trabajo de Andrés, lo veía muy nervioso las semanas después del suicidio de Lorenzo. A las dos se

Mi amigo sin techo, por Teresa Tesoro

  Mañana mi amigo sin techo, Víctor, cumple 68 años: yo lo vi hoy y le dije que a las  seis y media cuando salga a caminar lo invito a desayunar. Llevo ya un par de meses negándole lo que me pide. Pobrecito. Mañana que es su cumpleaños haremos este pequeño gesto de amistad.   Víctor me cuenta unas cosas sobre su vida que no me las creo, una vez le dije incluso que se las había leído! Dicen que viene de una familia de clase media alta. Y él me dice que fue abogado, no sé hasta donde creerle. Lo cierto es que es muy culto y se expresa muy bien. Me ha regalado un par de libros muy buenos.   Esta mañana he depositado el dinero del alquiler de la habitación en la cuenta de ahorros que la tenía desfalcada. Aunque estimo que todavía tengo para seis meses más, si se mantiene mi actual nivel de ingresos. Ayer hice una compra de algunos artículos de aseo y cuatro cosas más para comer y me gasté ciento veinte y dos mil bolívares.    Hoy fui al mercadito (ahí encontré a Víctor) pero