Mi amigo sin techo, por Teresa Tesoro

 


Mañana mi amigo sin techo, Víctor, cumple 68 años: yo lo vi hoy y le dije que a las  seis y media cuando salga a caminar lo invito a desayunar. Llevo ya un par de meses negándole lo que me pide. Pobrecito. Mañana que es su cumpleaños haremos este pequeño gesto de amistad.

 

Víctor me cuenta unas cosas sobre su vida que no me las creo, una vez le dije incluso que se las había leído! Dicen que viene de una familia de clase media alta. Y él me dice que fue abogado, no sé hasta donde creerle. Lo cierto es que es muy culto y se expresa muy bien. Me ha regalado un par de libros muy buenos.

 

Esta mañana he depositado el dinero del alquiler de la habitación en la cuenta de ahorros que la tenía desfalcada. Aunque estimo que todavía tengo para seis meses más, si se mantiene mi actual nivel de ingresos. Ayer hice una compra de algunos artículos de aseo y cuatro cosas más para comer y me gasté ciento veinte y dos mil bolívares. 

 

Hoy fui al mercadito (ahí encontré a Víctor) pero había tanta cola que lo dejé para mañana, cuando regrese de agasajar a mi amigo Víctor. Es un ser humano, merece que se le trate con respeto y cariño, pese a su pasado turbio en el mundillo de la droga. Creo que continúa vendiendo droga.  A veces me da un poco miedo, pero como me dijo mi prima María cuando yo le pregunté porque saludaba a Víctor, a esta gente es mejor tenerla de amiga que de enemiga. Igual decía mi abuelo materno José García. Viste bien, la gente le regala ropa usada de calidad: Es delgado y alto, y muy curtido por el sol, una versión latinoamericana de Don Quijote de la Mancha, venido a menos, claro está.

 

Comentarios

Entradas populares de este blog

El monstruo y sus entrañas, de Vladimir Acosta

La Brizna de Paja en el Viento, por Rómulo Gallegos

Robinson Crusoe, de Daniel Defoe