Professor T. en Caracas, por TeresaTesoro
Si el Professor T. se viniera a vivir
a Caracas, tendría que empezar por abandonar su traje de pantalón y chaqueta y
sustituirlo por el uniforme del turista europeo cuando viene por estas
latitudes: bermudas de lino crudo y camisa floreada.
Y al trastorno obsesivo compulsivo,
vulgarmente conocido por manía de limpieza, añadiría una más: la paranoia,
manifestada por ese tic nervioso de girar la cabeza hacia atrás a ver de quien
son los pasos que oye. Pero eso no sería problema, pues se curaría
automáticamente y de forma radical de su manía por la limpieza ante la escasez
en Venezuela de artículos de aseo.
Y ya no tendría que limpiar los
cubiertos en el restaurant, porque con el magro sueldo de profesor
universitario venezolano, se le haría imposible ir a un restaurant.
Y ya veo a Annallies empujando una
carretilla por los pasillos de la Universidad Central de Venezuela con todos
los archivos que suelen alimentar los procesos judiciales venezolanos,
corriendo a tras de Professor T. que espavorido se refugia en el baño de los
hombres, por poco tiempo, porque un choro le roba el celular, los anteojos y
los zapatos.
Y cuando va a la delegación a poner la denuncia,¿ Quien lo
recibe en la portería? El mismito choro que lo robó es el recepcionista de la
delegación y trabaja a tiempo convencional como free lancer!
Y el guayabo y el despecho por su
Christine se lo curaría a punta de boleros de Daniel Santos, eso si los
cacerolazos de los vecinos puntuales solo para eso a las 8 pm lo dejan…
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